..se despertó pensando, una vez más, en aquél pastel de chocolate que había en el escaparate de la pastelería de Andrea.
Bendita mujer, toda llena de experiencia y arrugas, con una voz tambien arrugada por el tiempo y escamas en las pupilas de haber visto de todo y un poco más.
Retiró la manta, tenía los pies fríos, casi morados.
La costumbre le arruinaba cada minuto...
Valoraba hasta su respiración, porque era lo único que le hacía sentirse vivo.
Los cartones mugrientos del uso llevaban con él varios años, creo que sentían tanta pena que no se rompían por no abandonarle...se deterioraban juntos, casi al unísono, como una sinfonía de una agridulce melodía...(the bittersweet symphony this life...)
Bostezó ligeramente, con miedo, por no dejar que entrasen ideas por ese hueco que nunca llenaba...estiró sus débiles huesos y se relamió sus pastosos labios, agrietados de angustia.
Recordó que tenía que afeitarse, la barba le picaba, demasiado tiempo sin cuidarla...
Cuando era jóven, cuando olía a colonia por las mañanas y a carmín rojo por las noches, le gustaba recortarse la barba, prepararla para unos ojos ajenos.
Ahora sólo le quedaba el recuerdo de esos ojos...que pasaron de ser ajenos a ser insostenibles.
Recordó la pureza de sus piernas, fíbrosas, jóvenes y tersas, que deseaban andar mil caminos...
Que quedó de todo aquello sino imagenes pixeladas por los años y derramos de lágrimas que se perdían en la lluvia...
"dios está en la lluvia" (V de Vendetta)
Le reconcomía la experiencia y los malos hábitos ya vividos...se consumía en la soledad y se refugiaba en su cabeza, que hacía años que deliraba con mejoras que nunca llegaban...
Pasó una señora con abrigo de bisón, le tiró una moneda...sólo pudo devolverla una lágrima y una sonrisa dibujada en una cara que ya no era la suya....
Sintió deseos de echar a correr...pero sus pies seguían congelados.
Mis musas se han largado...otra vez...se han ido contigo...devuélmelas!!
Te sigo echando de menos...
Aprendamos de los errores
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