jueves, 24 de mayo de 2012
Caminos
Por fin puedo tocar(me) un poco. En modo literario claro.
Tantos días sin escribir han dado para muchas historias...y como siempre la mitad están en mi cabeza y la otra mitad fuera, contrarrestando el mundo.
Puedes cambiar de manera gradual o de golpe. En ambas te puedes sentir ofendida.
Se suponía que tenías el control aunque no supieses muy bien de que.
Te pones música psicodélica para que sólo te dé tiempo a flotar vagamente por tu habitación, sin abrir la ventana, si abres te caerás al vacío...no estamos preparados para no ser felices en el mundo real...pero es lo que hay.
Después de pasar, repasar, sopesar, intentar, rematar, conciliar, entender y re-entender la situación: decides, porque siempre hay que decidir algo, nos pasamos la vida decidiendo....la camiseta que te vas a poner para ir a trabajar, el camino más corto, salir antes o llegar tarde...
Pero luego están esas decisiones que se nos escapan de las manos. Esas que, por mucho que creas, no controlas porque algo mueves a su vez. Puedes ser tú misma o puede ser otra persona...o el mundo.
Decidir que no quieres estar con alguien porque ese alguien tiene otros "intereses" que chocan con los tuyos...es una decisión a medias.
Esa persona ha decidido no entenderte...o no acoplarse...o no mojarse.
Tú decides que no quieres hacer lo que la otra persona quiere.
Alfinal es una decisión a medias que sólo conlleva que broten esas flores amargas de tu boca, que salgan estrías en el corazón y que te tengas que preocupar de volver a echar rosa de mosqueta para que no se note mucho la cicatriz.
Y la casa sigue sin barrer.
Mientras el mundo se vuelve loco la gente sólo se preocupa de tener dinero en la cuenta a fin de mes. No nos preocupamos muchas veces de tener (o buscar) esos momentos que nos hacen felices por muy "caros" que sean (no siempre la moneda está incluída)
O simplemente...no puedes hacer nada para remediarlo porque no puedes tenerlos por X motivos.
Y hay mundos por personas, luchando por sus creencias, por sus bases, por sus ganas...y hay gente que vive del amor y otra que con amor no vive....
Y te agarras a ese clavo ardiendo de esperanza que te destroza las manos.
Porque la verdad (y el amor) es como una manta que siempre te deja los pies fríos.
Y hoy ya me he dado cuenta de que, no sólo no he recorrido el camino....sino que ni siquiera lo he encontrado...osea...que aún queda todo por hacer.
De regalo una de las canciones más bonitas que he conocido en mi vida...merece más la pena escucharla (sentirla) que leerla...aunque la letra también esté tatuada esta noche en mi piel....
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