jueves, 30 de octubre de 2008

locura

..LocurA...

Un día en la vida de un loco


“Hoy me he levantado un poco más cansado que de costumbre… Aunque con la cara feliz de siempre, el alma llevaba algún cristal clavado de la última trifulca en el bareto de mis desencantos.
Y en mi mente, los molinillos trituradores de ideas llevaban encendidos desde hacía rato y empiezo mi día recortando momentos antiguos para pegarlos en las paredes de mi amanecer…
Pero me comí el pegamento de barra en un arrebato de miedo a mezclar sueños y realidad en un mismo aire enrarecido.

Pongo mis dos tobillos lastimados en el suelo y comienzo a pisar los folios que escribí anoche mientras me mordía los nudillos de las manos para que no reflejasen mis miserias actuales, que se daban la mano con las penurias de otras vidas…
Con el día voy degenerando un poco más y me asomo a la ventana para ver el Sol de un miércoles sesgado por un aire frío que rompe latidos a fuerza de helar su ritmo. Y es que a pelearme con mi cabeza no me gana nadie… Me falta cordura, me sobra desgarro…Entonces pienso, sin reflexionar mucho, que en la calle encontraré el silbido del viento necesario para despejar el ruido que se recoge entre mis oídos y retumba mi cabeza constantemente.
Y otra vez a la acera… Andando por las rayitas que se dibujan entre adoquín y adoquín, por encima de los bordillos, esquivando perros que intentan cagar mientras les paso por encima, me monto en los árboles y me acuesto en los nidos un ratito y vuelvo a bajar para beber agua de los charcos… Que al tocarlos con mis labios se vuelven olas…Entre versos que se enganchan a mi pecho y naranjas que robé en una calle estrecha, me sorprende la noche vagando bajo un ejército de farolas.
Y me siento en una cornisa a mirar la luna, a ver como se pone guapa para mí. Y aparece en la noche rota con su traje de gala y sus pendientes de luceros para engañarme otra vez, para que me pierda entre los destellos de sus mejillas.
Cuando despierto, con el alma medio limpia y mi locura sedada, una flor me presta una hoja para que me mire en los restos de la escarcha… Ves, eso te pasa por ir en contra de los vientos, por pensar que tus palabras sirven para algo, por sentir cuando nadie te lo pide…Y vuelvo a mi cama… Dándole la mano a la noche de ayer para encadenar otro amanecer a mi colección de insomnios…
Que difícil es ser un loco…
Nunca sabes si duermes, si sueñas, si vives o si sientes…”



(Amigo, estás como una cabra)